En TERAPIA


in-treatmentComencé a ver esta semana la serie «En Terapia» (In treatment) y de verdad, os la recomiendo encarecidamente a todos.

Protagonizada por un eterno secundario (en mi humilde opinión), el actor Gabriel Byrne, cada capítulo de la serie te acerca a un día de sesión de varios pacientes con su psiquiatra Paul Weston. Cuatro casos distintos que se emiten de lunes a jueves, como si fueran en «tiempo real» y un quinto para el viernes, en el que el propio terapeuta va a la consulta de una psiquiatra para tratarse él mismo.

Así, los lunes nos toca asistir a la terapia de Laura, anestesista de profesión. Los martes pasamos a consulta con Alex, un piloto militar de la marina de los EEUU. Los miércoles le toca turno a Sophie, una ex gimnasta adolescente y los jueves a Jake y Amy, una pareja.

La serie, de la HBO (que no hacen nada malo nunca, los muy…), es la adaptación de la emitida en Israel y también llamada «En terapia«, y está producida por el actor Mark Wahlberg y escrita magistralmente por el hijo de Gabriel García Márquez, Rodrigo García.

Intensa, inteligente, demuestra que no son necesarias grandes cosas para dejarte pegado a la television: un buen guión y buenos actores son más que suficientes, sin necesidad de efectos, famoseo y localizaciones espectaculares.

La actuación de Byrne es colosal. Pienso que es más dificil actuar cuando el papel te obliga a hacer que escuchas y el diálogo se convierte en expresión corporal, más que cuando tienes que soltar tres parrafadas. El verdadero actor se descubre cuando no está hablando, cuando está en segundo plano, porque entonces es cuando se nota si el personaje forma parte de él o no, y el actor adopta sus gestos, convirtiéndose en otra persona. Y él lo hace de forma magistral.

Pensándolo un poco estos días, llego a la conclusión de que la serie tiene un además un matiz que llama en cierta medida al voyeaur que todos llevamos dentro, porque una terapia es algo muy íntimo, muy muy personal, confidencial, y el hecho de plantear la serie en tiempo real, de tratar cada sesión de forma independiente, de no mezclar a los personajes, te hace ser más partícipe de la misma, y uno a veces tiene la incómoda sensación de estar asistiendo a algo real, de haberse colado en una verdadera sesión.

Para quienes andéis justos de tiempo o llegéis tarde a casa todos los días, no tenéis de qué preocuparos: con media hora por capítulo, es imposible que no podáis hacer un hueco para seguirla. No hay excusas.

Ya me diréis qué os parece. Acordáos de comentarlo aquí, eh?